¿Aún tienes el número de fax en tu tarjeta?


26.08.2014

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El otro día me puse a revisar tarjetas de visita que me habían entregado durante los últimos meses y comprobé que en la mayoría de ellas (por no decir el 100%) incluían el número de fax como información. ¿Cuál es la última vez que envié un fax a una empresa? No lo recuerdo. Es algo tan inusual que posiblemente el número de fax en una tarjeta de visita sea una de esas cosas que “no deberían estar ahí”.   

Quitar aquello “que no debería estar ahí” es todo un principio de diseño. Empresas famosas por su diseño industrial, como es el caso de Apple, lo tienen muy presente a la hora de crear un producto o un interfaz.

Muchas veces, ya sea por inercia o porque existe una posibilidad (remota) de “usarlo”, tenemos cosas bastante innecesarias a nuestro alrededor, ocupando un espacio importante que podríamos utilizar para algo mejor o incluso directamente eliminarlo, simplificando nuestro entorno y probablemente, haciendo que las cosas sean más sencillas. Mi primer paso para aplicar esta filosofía fue eliminar el teclado habitual de mi ordenador, que contiene a la derecha un “pad” numérico que nunca uso, pero ocupa un espacio significativo en mi mesa, y sustituirlo por un teclado más pequeño, con el número de teclas que realmente utilizo.  Pero ojo, aplicar esta filosofía, que el diseñador y arquitecto Ludwing Mies van der Rohe sintentizó en la frase “menos es más”, no significa reducir estúpidamente el tamaño de las cosas hasta que estas pierden funcionalidad. Alguna de las tarjetas de visita más “modernas” que he recibido ha reducido la fuente de letra a un tamaño tan pequeño que realmente no puedo leerlas. Tampoco quiero tener un teclado en el que me cueste teclear porque las teclas son demasiado pequeñas o están demasiado juntas. Esto no es funcional. Justamente algo en contra de la escuela Bauhaus, que dirigió van der Rohe, y que se caracterizaba también por su “funcionalismo”.

Muchos sitios web y apps modernos tratan de aplicar estos principios: “quita lo que no deba estar ahí”, “menos es más”, pero “mantén la funcionalidad”.  Páginas limpias, sencillas pero donde la forma sigue a la funcionalidad. En Internet hay muchos buenos ejemplos de esto, sobre todo cuando el sitio consiste en unas pocas páginas. Mucho más complicado es hacerlo correctamente en un proceso o flujo de trabajo, en el que se involucren varias páginas y haya interacción por parte del usuario (por ejemplo el proceso de compra de un producto o un alta bancaria).

Cuando en COINC nos enfrentamos al diseño del alta de cliente, esta debía ser un alta bancaria, 100% online y sencilla para el usuario. Nos pareció un reto interesante, sobre todo porque no existía nada similar en nuestro entorno. En principio un alta bancaria es un tema complejo. Hay que solicitar muchos papeles al cliente, tiene que rellenar mucha información, tiene que estar físicamente en una oficina y demás exigencias que, a menudo van en contra de la comodidad del cliente (conveniencia le llamamos ahora).

En COINC, a la hora de aplicar estos principios, lo hicimos de una manera diferente. Primero diseñamos un proceso sencillo y 100% online. Después creamos el producto bancario que se adaptara a ese proceso, tanto desde el punto de vista de información requerida al cliente como desde el punto de vista regulatorio. Aparentemente empezamos al revés, pero lo que realmente hicimos fue empezar pensando en el cliente y no tanto en el producto

 

Coinc.es - Plataforma de ahorro online

 

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