La actual revolución tecnológica profundiza el alejamiento del conocimiento de la realidad y la tecnología
Lo que caracteriza a la sociedad actual es que la tecnología está cambiando el mundo a una velocidad desconocida para la humanidad, sin respetar la necesidad del hombre de conocer integradamente la realidad que le rodea, proceso mucho más lento.
La innovación tecnológica masiva da, radicalmente, nueva forma al mundo, desarrolla nuevos modelos de negocio, nuevas técnicas y nuevas políticas que por su rapidez desafían la capacidad de los ciudadanos y de los gobiernos.
La característica de los tiempos en que vivimos es la volatilidad, el cambio impredecible que hace que la inmensa mayoría de los hombres se encuentren desorientados. Ahora el enorme reto es lograr que las personas puedan, al menos, estar integradas socialmente en una época de creciente automatización.
Esta nueva revolución industrial tiene dos caras. Una cara deslumbrante, en forma de tecnología personal, de infraestructuras avanzadas, y un acceso casi ilimitado a elementos culturales que enriquecen nuestras vidas. Y una cara desgarradora en que profesiones de todo tipo pueden repentinamente dejar de interesar socialmente, menos personas tienen acceso al trabajo y los salarios bajan aunque la productividad y los beneficios se disparen.
Algunos investigadores de las redes sociales y Big Data dispuestos a reunir de nuevo el conocimiento social y la tecnología.
Con más de seis mil millones de personas y 15 mil millones de productos, conocer la economía mundial es algo muy complejo. Pero investigadores del Instituto tecnológico de Massachusetts (MIT) está empeñado en abrir nuevos caminos en el estudio de la revolución digital y su profundo impacto en la sociedad, el trabajo y la economía.
El MIT quiere poner al alcance de todos las últimas herramientas analíticas para mejorar nuestra comprensión de la estructura productiva de los países y su evolución, ayudar a idear estrategias para la supervivencia y ofrecer nuevos caminos hacia la prosperidad.
En una entrevista publicada en el diario El mundo, Hidalgo, un investigador del MIT, dice que del estudio de Big Data “se pueden ver emerger patrones para los que aún no tenemos teorías”, señala que “Tenemos grandes redes de personas que forman grandes grupos (empresas) que interaccionan entre sí”, además, “las grandes interacciones ocurren entre Intel y Microsoft; entre HP, Apple e Intel; o entre el Banco Mundial y un gobierno de un determinado país, que forman grandes núcleos en red que a su vez son grandes redes” y “se puede predecir qué productos va a hacer cada país en el futuro o cuál va a ser el crecimiento nacional en un plazo de 15 o 20 años con un nivel de precisión bastante importante”.
Así, el MIT está comprometido en mejorar nuestra comprensión de un mundo tan complejo, tratar de reunir piezas y datos aparentemente alejados y proporcionar las conexiones que existen entre los países, la gran cantidad de productos que producen y / o exportan.
El objetivo de los investigadores del MIT es, pues, volver a reunir ciencia económica y tecnología, que se separaron desde la revolución industrial, para permitir que la primera guíe a la segunda o, al menos, los ciudadanos estén informados y prevenidos con años de antelación sobre los cambios sociales que les pueden afectar.
Esta es una iniciativa de investigadores que no aceptan el pesimismo de aquellos que sostienen que el vertiginoso desarrollo tecnológico solo puede ampliar la brecha económica y poner en peligro nuestros propios medios de vida, y se empeñan en intentar ayudar a comprender la económica global precisamente con las nuevas tecnologías. Es, pues, una iniciativa que debe ser bienvenida por todos.
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