El Banco Central Europeo (BCE) se ha convertido en el principal protagonista de la economía europea. Desde que Mario Draghi pronunciase sus famosas palabras en 2012, "haré lo que haya que hacer, y créanme, será suficiente", cada vez que hay un problema en Europa se llame Grecia, peligro de deflación o bajo crecimiento, todas las miradas se vuelven hacia él.
El pasado 22 de enero, tras muchas dudas y algún retraso, el BCE decidió imitar las políticas de la Reserva Federal norteamericana y poner en marcha la compra de deuda pública.
En concreto las medidas aprobadas fueron:
1. Comprar títulos de deuda, tanto pública como privada, por un importe de 60.000 millones de euros mensuales. El programa de compra de deuda pública se pondrá en marcha a partir de marzo y durará hasta septiembre de 2016, aunque este plazo no es cerrado y dependerá de cómo evolucione la situación económica, y en particular la tasa de inflación.
2. En total las compras del BCE ascenderán a 1,14 billones de euros.
3. La cifra anterior incluye las compras de activos privados que se vienen realizando desde finales del año pasado.
4. El riesgo por pérdidas en la compra de activos públicos no estará totalmente mutualizado. El BCE solamente asumirá el 20% de las posibles pérdidas y el banco central de cada país el 80%.
5. La estrechez del mercado de deuda privada en la eurozona obligará a que la mayor parte de las compras se centren en activos públicos.
6. Las compras de activos públicos tendrán los siguientes limites
- El BCE comprará como máximo el 25% de cada emisión de bonos en circulación.
- Las compras de deuda pública se harán en proporción del peso de cada país.
- El volumen total de compras de bonos de un solo país tendrá un tope máximo del 33% de la deuda emitida.
- Son susceptibles de compras aquello activos en grado de inversión, es decir, que se dejan fuera los bonos basuras, bonos griegos y chipriotas, si bien el presidente del BCE aclaró que "algunos criterios adicionales se utilizarán en los países bajo programas de la UE y el FMI".
A juzgar por las declaraciones que hizo Mario Draghi después de que se tomasen estas medidas, el Bundesbank aceptó que están dentro de las competencias del BCE, la política monetaria, y no entran en el terreno de las políticas económicas que serían competencia de otras instancias políticas.
Efectos
El solo anuncio de las medidas produjo efectos inmediatos que se han mantenido durante las semanas siguientes y, como es lógico, se espera que continúen a partir del 1 de marzo.
- Devaluación del euro frente al dólar, lo que favorece las exportaciones
- Abaratamiento de las emisiones de deuda de los países de la eurozona
Pero, además, se esperan otros como:
- Activar el crédito para que llegue a las familias y las empresas reduciendo sus costes financieros
- Llevar la inflación hasta niveles cercanos al 2%
- Beneficiar a los mercados de valores
- Una consecuencia menos deseada, reducir la remuneración de los depósitos
Muchos expertos estiman que la expansión cuantitativa del BCE debería ir acompañada, si se quiere que tenga efectos profundos, de un aumento de la inversión, de la pública en países que tengan margen para ello, y de la privada que dispondrá de más liquidez gracias a las medidas del BCE.
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