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¿Quién es el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós?


20.10.2023

Escrito por: Redes Sociales


¿Quién es Lorenzo Bernaldo de Quirós? ¿Qué opina de la situación económica? En este artículo hacemos una recopilación del economista. También puedes escuchar sus opiniones en el Cara a Cara de Bankinter junto a José Carlos Diez

¿Quién es Lorenzo Bernaldo de Quirós?

Lorenzo Bernaldo de Quirós es presidente y socio de la consultora Freemarket Corporative Intelligence, especializada en estrategia y operaciones. Es también académico del Cato Institute, una institución de investigación en políticas públicas y director de la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por Mario Vargas Llosa, y vicepresidente del Instituto Von Mises de Barcelona,institución que tiene como misión la creación y difusión de ideas y proyectos sobre los retos de una sociedad abierta.

Asimismo, también es miembro del Consejo Editorial del diario El Economista y colabora de manera habitual en los principales medios de comunicación nacionales. Ha sido asesor económico del Círculo de Empresarios, director de estudios económicos de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y director de relaciones institucionales de la Confederación Española de Empresas del Metal.

Libros de Lorenzo Bernaldo de Quirós

Es autor de Por una derecha liberal (Deusto, 2015), un razonamiento acerca de porqué la derecha española debe alejarse del conservadurismo y acercarse al liberalismo. Entre otras publicaciones, es coautor, con Jordi Sevilla, de ¿Mercado o Estado? Dos visiones sobre la crisis (Deusto, 2011) y participó con un capítulo en la obra colectiva Podemos. Deconstruyendo a Pablo Iglesias (Deusto, 2014).

Opiniones de Lorenzo Bernaldo de Quirós

A continuación reproducimos algunas de sus ideas y visiones sobre la economía.

Visión general

Se adscribe sin reservas a un liberalismo que limita el poder estatal a sus funciones clásicas: el mantenimiento del orden público, la defensa nacional, la política exterior, la justicia, la garantía de los derechos de propiedad, el cumplimiento de los contratos y el sostenimiento de una red mínima de seguridad para aquellas personas que, por alguna causa, no son capaces de sustentarse en una economía de mercado.

Dentro de este marco, el gobierno debe tener todo el poder para atender a sus fines; fuera de él, no ha de tener ninguno salvo en situaciones extremas reguladas por la ley. Desde su enfoque, la mayoría de las funciones que hoy desempeñan los poderes públicos podrían ser transferidas a la sociedad civil (la educación, la sanidad, las pensiones, los seguros de desempleo etc.).

Su obra, de prosa precisa y comprensible para los no iniciados, es muy dilatada. Aquí nos limitaremos a hacer un breve resumen de suposición ante algunas cuestiones claves para comprender la actual dinámica económica en España y en el mundo.

Causas de las crisis económicas

Según el autor, se produce una crisis financiera cada vez que la expansión del crédito no está respaldada por el ahorro. Sin embargo es posible evitar la crudeza de una crisis con políticas económicas orientadas a mantener la estabilidad monetaria y financiera y con estrategias microeconómicas que mejoren el funcionamiento de los mercados y fortalezcan las instituciones que los integran.

En la lógica de mercado tienen cabida algunas intervenciones en la actividad financiera como, por ejemplo, obligar a las instituciones a tener mayor transparencia, endurecer la responsabilidad civil y penal de los directivos, asegurar que se cumplen los requerimientos mínimos de capital...

Hoy, además, se ha aprendido que en el futuro habrá que prestar mayor atención al comportamiento del crédito y al del precio de los activos.

Contra la tecnocracia

Una corriente de opinión muy extendida (por ejemplo, hegemónica en Alemania) es que la gestión económica debe quedar al margen de la política. Este juicio se basa en que los políticos, con sus requerimientos oportunistas o electoralistas, pueden alterar las decisiones racionales que necesita la economía. Una concreción de esta manera de pensar es el estatus de la mayoría de los bancos centrales del mundo, y en particular del BCE, cuya normativa les garantiza su independencia del poder político, una independencia que en muchas ocasiones es más formal que real.

Sin embargo para Bernaldo de Quirós "la tecnocracia crea la imagen de que la administración de los asuntos públicos puede existir al margen de la política porque es, de hecho, una simple cuestión técnica. Este planteamiento es erróneo y además tiene derivaciones peligrosas".

"Su supuesta imparcialidad es una ficción en tanto las decisiones, por ejemplo, de carácter económico nunca son neutrales. Siempre hay posibilidad de elegir, y ésa es una decisión cuyo componente ideológico es sustancial".

Una cosa es decidir cómo se gestionan los recursos y otra muy distinta cómo se asignan. La gestión es, por definición, técnica. La asignación es, por esencia, política.

Emigración

La emigración es un tema central de este siglo. Para nuestro economista, la evolución demográfica de la Unión Europea es un hecho poderoso que explica la demanda de inmigrantes.

Para que la Unión Europea, con sus actuales tasas de nacimientos y de muertes, mantenga estable la población en edad de trabajar deberá importar, entre el 2000 y el 2050, 1,6 millones de inmigrantes (por ejemplo, Alemania 487.000inmigrantes/año, Francia 109.000 inmigrantes/año). Las cifras resultan todavía más dramáticas si se tiene en cuenta la ratio trabajadores/pensionistas, para estabilizar esta variable, la Unión Europea ha de atraer en el mismo periodo de tiempo 13,5 millones de inmigrantes (por ejemplo, Alemania 3,6 millones de inmigrantes/año, Francia 1,8 millones de inmigrantes/año).

Así, por un lado, muchos países industrializados necesitan importar mano de obra que cubra puestos de trabajo  y financie los sistemas de protección social. Por otro lado, un sector de la opinión pública de estas sociedades vive a los inmigrantes como una amenaza para el empleo e incluso para la pervivencia de su identidad. La cuestión central estriba en cómo reconciliar esas dos posiciones.

Pensiones

La inviabilidad del sistema vigente de pensiones se debe a que las actuales cotizaciones de los trabajadores no van a un fondo que les proporcionará una renta futura sino que se destinan a financiar el retiro de quienes se jubilan ahora.

Los trabajadores se retiran muy pronto, viven más y cada vez nacen menos niños. Este hecho inexorable tiene una clara traducción: las jóvenes generaciones deberán pagar más impuestos y/o más cuotas sociales o la cuantía de las prestaciones por jubilación tendrá que ser recortada.

Bernaldo de Quirós señala que introducir un modelo de pensiones basado en la capitalización se convierte en una opción realista y atractiva, en el que el sistema público ha de limitarse a ofrecer una pensión mínima a quienes no han logrado ahorrar para la vejez.

La principal objeción a un modelo de pensiones basado en un aumento del ahorro ha sido siempre que el coste del período de transición es inasumible. El autor considera que es una falacia contable sin mucha consistencia económica. El actual régimen de reparto ya tiene contraídas una serie de obligaciones ineludibles y el paso a un sistema de capitalización simplemente haría explícita esa deuda ya existente.

Las revoluciones científicas

Las revoluciones científicas y tecnológicas, aunque benefician a la mayoría, suelen perjudicar a sectores minoritarios de la población.

Sus ventajas son claras, proporcionan a los consumidores productos más variados y más baratos, las empresas tienen la posibilidad de obtener mayores beneficios, los trabajadores pueden conseguir salarios más altos y mejores oportunidades profesionales. Sin embargo, quienes son incapaces de adaptarse al cambio corren el peligro de la exclusión. En estas circunstancias, las partes afectadas por la presión competitiva recurren al intervencionismo del estado para defender sus posiciones y éste tiende a escucharles.

En la economía real, el vigor del crecimiento y de la innovación procede del deseo de los empresarios de conseguir el dominio del mercado. Gracias a esta posibilidad, las empresas tienen incentivos para innovar, bajarlos precios y ofrecer mejores productos a los consumidores. El premio obtenido por un empresario creador es un monopolio temporal y unos beneficios extraordinarios también temporales. Esta dinámica, propia de una economía de mercado, es claramente visible en la industria de softwareAquí, las innovaciones y la competencia gozan de una vitalidad extraordinaria y ninguna empresa puede considerase consolidada en el mercado sin servir a los intereses de los consumidores.

Inflación

Hay que pensar por qué España es el único país en el que la inflación subyacente (sin productos energéticos ni alimentos no elaborados) es superior a la general. Hay una inflación represada, una rebaja artificial, de 2,5 puntos en la inflación por los controles de precios y la reducción del IVA.

El Estado no es la solución

Más Estado no es la solución; es el problema. Recurrir a él para todo, concebible cual un artilugio dispensador de un maná gratuito y salvífico es una ficción. Son las clases medias, con un nivel de renta depauperado, quienes financian esa ilusión igualitaria por una sencilla razón: son y serán los grandes sacrificados del colectivismo antropófago; “ricos” hay muy pocos y su expoliación, aunque fuese total, nunca generaría los ingresos suficientes para financiar el Ogro Filantrópico. Esa es la gran mentira.

Ha existido y existe un vigoroso individualismo que ha emergido en muchas ocasiones de la historia patria. Su fortalecimiento y despliegue es posible y lo ha sido cuando se han creado las condiciones necesarias para ello. 

Ideologías

En la vieja piel de toro, como en el resto del mundo, no se asiste al crepúsculo de las ideologías, sino un rebrote de ellas en donde el centro derecha ha de asumir un papel de liderazgo.. Hay que huir de la tentación socialdemócrata y de la tentación centrista y diseñar un programa destinado a desatar la energía creadora de los españoles. 

España

Hay de construir un proyecto ilusionante que apele a lo mejor de los individuos y les devuelva el protagonismo de sus vidas y del futuro de este país. Ya no se trata de frenar sino de hacer retroceder las fronteras de un Estado invasor que reduce las libertades personales y es un lastre para la prosperidad y el bienestar de todos.

El colectivismo vegetariano de corte socialdemócrata que, salvo el período 1996-2004, ha sido aceptado por los dos grandes partidos desde 1977 ha degenerado en un colectivismo antropófago que está destruyendo los fundamentos de una sociedad abierta, cuyas expresiones institucionales son la democracia liberal y la economía de mercado.

España no está condenada a la decadencia ni está aquejada de ninguna enfermedad crónica ni los ciudadanos han de resignarse a  aceptar como inevitable una era de expectativas limitadas. 

 


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