Estas Actas cumplen con las expectativas: no ofrecen sorpresas ni información relevante. Por un lado, el mercado ya da por sentado que la Fed subirá tipos en la próxima reunión del 13/14 de diciembre. Un aumento de 25 puntos base está ya totalmente descontado. Por otro lado, corresponden a la reunión del 1/2 de noviembre y, por tanto, son anteriores al cambio de ejecutivo en EE.UU.
La intención de subir tipos de manera inminente queda patente. Los diferentes miembros consideran que el empleo y el crecimiento económico han mejorado desde la reunión de septiembre, superando los crecimientos moderados de la primera parte del año. La inflación, pese a mantenerse lejos del objetivo del 2%, ha aumentado desde principio de año. Además, los precios de la energía y de las importaciones son en parte responsables de su bajo nivel. De hecho, la mayoría de los miembros afirma que en el medio plazo aumentará hasta el 2%. Consideran que los riesgos para la economía están equilibrados y la mayoría de miembros pensaba que las razones para subir tipos se habían fortalecido. Sin embargo, preferían esperar a tener más datos económicos antes de tomar la decisión. Insisten en la necesidad que sus decisiones sean data-dependent.
En nuestra opinión, esta actitud prudente se debía a dos factores:
(i) La cercanía de las elecciones presidenciales (la reunión de la Fed se celebró el 1/2 de noviembre y las elecciones el 8 de noviembre)
(ii) La propia agenda de la Fed. La reunión de diciembre incluirá una actualización de las previsiones macro e irá seguida de una rueda de prensa en la que poder explicar con profundidad la decisión de subir tipos.
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