El éxito de la ciudad de Lyon: descubre cómo se ha convertido en una ciudad hermosa


29.04.2016

Escrito por: Redacción


Está claro que el coche es el medio de transporte más cómodo para la gran mayoría de nosotros, pero también que hemos de reflexionar cómo utilizarlo.

Las grandes ciudades no tienen calles con capacidad para la circulación de tantos coches, no tienen suficientes plazas de aparcamiento para ellos y, por encima de todo, el aire no puede recibir emisiones contaminantes ilimitadas que, sumadas  a las de las calefacciones y la industria, amenazan nuestra salud y contribuyen al cambio climático.

Así pues, son tiempos para recapacitar y opinar sobre la circulación en nuestras ciudades. Sacar los coches de las ciudades es contraproducente para sus economías, pero...

¿Cómo mejorar el tráfico sin prohibir los vehículos o imponer un peaje de acceso a la ciudad?

El artículo “Cómo Lyon ha sacado los coches del centro” ilustra cómo una ciudad que fue inhóspita y fría se ha  convertido en una ciudad habitable y hermosa y con gran actividad comercial.

La forma como ha desocupado el centro de la ciudad de tráfico, de modo natural y sin prohibirlo, se ha convertido en un ejemplo para otras ciudades del mundo.

El pasado de Lyon, atascos en horas punta:

Lyon es la segunda ciudad de Francia por actividad económica y la tercera  por tamaño. A partir de los años sesenta, igual que otras ciudades europeas, creció hasta tener 1,5 millones de habitantes. Como consecuencia el centro de la ciudad, situado entre los dos ríos, se llenó de coches que organizaban un atasco continuo.

En los años setenta se tomaron medidas, el casco medieval de la ciudad se hizo peatonal y se crearon, a orillas de sus dos ríos, grandes zonas de estacionamiento al aire libre.

Pero estos grandes parkings no tuvieron éxito, no eran cómodos para los conductores y los coches eran objeto de actos vandálicos.

Durante los años ochenta y noventa se dejaron de utilizar y se fueron transformando en inhóspitos desiertos de asfalto a los lados de los ríos.

Transformar la circulación con alternativas viables:

Desde los años noventa la clave del éxito de la transformación de la circulación de Lyon ha sido que siempre que el Ayuntamiento ha disminuido la circulación de coches en una zona ha previsto una alternativa viable para ella.

Hasta 2005 se mejoró el transporte público y se construyeron parkings subterráneos. Para acceder a la ciudad se aumentaron las líneas de metro y de tranvía.

En el centro de la ciudad se construyeron plazas y parques con parkings subterráneos, se sustituyeron los dos carriles de circulación por vías de tranvías y los espacios para aparcar se convirtieron en aceras para los peatones o para carriles bici.

En 2005, el Ayuntamiento reorganizó las orillas de los ríos. Donde antes había una zona desértica de asfalto ahora hay una gran zona verde, con carriles bicis, césped y locales de ocio.

¿Cómo es Lyon hoy?

Hoy, una ciudad humana… y con coches.

El resultado actual es que, aunque mucha gente sigue moviéndose en Lyon en automóvil, el número de coches que entra en la ciudad ha disminuido en un 20 % en la última década.

Los automovilistas que van al centro saben que tendrán que ir a un parking y moverse luego a pie, bici, transporte público o en BlueLy (el servicio de coches eléctricos compartidos público).

De hecho, la ciudad tiene un servicio de bicicletas públicas con 4.000 bicicletas, 60.000 abonados anuales y 800.000 usuarios puntuales. Hoy, más de 900 ciudades han seguido su ejemplo.

Su futuro, la información a tiempo real y el transporte colaborativo:

Lyon va camino de que sus residentes no usen su coche particular para desplazarse en el centro sino que usen el transporte público (tranvías, bicis o coches eléctricos compartidos) y todo ello con información en tiempo real.

En opinión de su Ayuntamiento, la era digital dictará las reglas de la circulación. La costumbre de compartir información y transporte permitirá que la ciudad prescinda totalmente del coche. De hecho, aplicaciones del móvil ya informan en tiempo real de la disponibilidad de bicicletas, coches eléctricos y buses públicos.

Lo que Lyon nos enseña:

Quizás lo más interesante de la experiencia de Lyon es que la ciudad no se ha transformado a golpe de prohibición del uso del coche, uno de los mayores instrumentos de libertad de nuestra movilidad, o de peajes, sino que ha ido adecuando el espacio para alternativas que favorecen la agilidad del transporte y la ciudad ha experimentado que aquellas opciones que han resultado practicables han sido asumidas de un modo natural por sus residentes que las han incorporado a sus costumbres.

 

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