El informe de AT Kearney 2016 sobre índice de confianza de inversión extranjera directa (FDI) sitúa a España en el puesto número 13 dentro del ranking mundial. Esta posición supone una mejora de cuatro puestos en un ejercicio y se produce tras adelantar a países como Holanda, Italia, Corea del Sur y México. Se trata del mayor “salto” registrado dentro de Europa.
El informe, publicado en primavera, señala que la economía del país continúa fortaleciéndose después de un “robusto crecimiento en 2015”. Recuerda la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de un incremento del 2,6% en la economía española para 2016 ayudada por los bajos precios del petróleo y la mejora del consumo privado.
Entre los atractivos de España para atraer la inversión extranjera se señalan la rebaja de los costes laborales y la política fiscal aperturista para inversiones foráneas. Entre las debilidades recuerdan el elevado desempleo y ahora, la incertidumbre política.
Cambios mundiales
Este año se advierte que, después de más de una década de crecimiento global liderado por los mercados emergentes, los mercados desarrollados son ahora los motores primarios de la economía mundial.
En consecuencia los grandes inversores empresariales se interesan por los países desarrollados, fundamentalmente por Estados Unidos, Canadá, Alemania, el Reino Unido y Australia, y se muestran pesimistas con la desaceleración económica de los países emergentes, especialmente Brasil y China. Con una notable excepción, hay un repentino e vivo interés inversor por la economía de la India.
Tal y como se muestra en el gráfico, este año refleja la expansión de este brusco giro que se inclina hacia los países desarrollados, aunque China sigue presente en la parte alta.