Las actas de la reunión de junio confirman que el banco central estudia compras de activos o rebajas de tipos.
La reunión del mes de julio del Banco Central Europeo (BCE) se pone interesante. Las actas del cónclave bancario del mes de junio, publicadas este jueves, muestran un amplio consenso en el seno del instituto emisor sobre la necesidad de preparar mayores estímulos ya que “no hay margen para la complacencia” en cuanto a los objetivos de inflación. La gran pregunta que deja en el aire es si este mes prepararán el terreno para flexibilizar aún más las condiciones de la Eurozona o si lanzarán un paquete de estímulos de forma inmediata.
Algunos analistas defienden la postura de que, llegados a este punto, el banco central ya tiene el dedo en el gatillo y sólo queda aclarar si el nuevo paquete llegará en forma de más bajadas de tipos, de una nueva tanda de compras de activos o de un nuevo cambio en al guía a futuro de los mercados (más retrasos sobre el inicio de las subidas de tasas). El documento incluye estas tres opciones como potenciales medidas que puede adoptar el organismo para alcanzar el objetivo de que los precios se ubiquen en el 2% ante “la caída de las expectativas de la inflación”.
Asimismo, muestra que algunos de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE se mostraron a favor de que la tercera ronda de Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo (TLTRO) tenga unas condiciones más acomodaticias.
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