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¿Quién es José Manuel García-Margallo?


16.06.2023

Escrito por: Redes Sociales


José Manuel García-Margallo nació en Madrid en 1944. Su formación académica está vinculada a los Jesuitas con los que estudió el bachillerato y la carrera, licenciándose en Derecho y Economía por la Universidad de Deusto, doctorándose en Derecho por la Universidad de Elche y cursando un Master of Law en la Universidad de Harvard.

Después de ganar las oposiciones a inspector técnico fiscal del Estado su vida profesional se ha desarrollado principalmente en la Administración Pública compatibilizando esa actividad con la docente en diversas universidades españolas.

Su vida política ha sido muy extensa. Fue elegido diputado en las Cortes Constituyentes de 1977 y a través de diferentes cargos su actividad se vinculó a materias como la política económica y monetaria y las relaciones con América Latina. En 2011 fue nombrado Ministro de Asuntos Exteriores, cargo que ejerció hasta 2016. Actualmente es Diputado en el Parlamento Europeo.

José Manuel García-Margallo es una “rara avis” en el panorama político español por varias razones:

  • Es un intelectual con una obra publicada muy extensa lo que le entronca con la mejor tradición de políticos españoles. Los políticos, en general, pueden ser buenos “tecnócratas” o “gestores”, con un saber específico relacionado con una parte de la realidad, pero, también en general, carecen de una cultura amplia que da profundidad a cualquier gestión más allá de la coyuntura concreta. Cuando habla o escribe, García-Margallo contextualiza los problemas y los muestra en toda su complejidad superando normalmente las ópticas del debate común.

  • Donde mejor se nota esta característica es en su conocimiento de la realidad internacional. Siempre, y estos meses lo estamos comprobando con crudeza, lo que ocurre en nuestro país depende de lo que ocurre en el mundo, no somos una realidad aislada, pero pocas veces se introduce en el debate político interno la coyuntura internacional. Sin embargo, García-Margallo nos recuerda con frecuencia que estamos dentro de la UE y que nuestro país debe responder a los problemas de acuerdo con sus socios y aliados.

  • Quizás sea por esta visión universalista su vinculación a la política exterior ha sido una constante en él. Fue Ministro de Asuntos Exteriores de 2011 a 2016, pero, antes y después, ocupó y ocupa puestos relevantes en esta área. En estos momentos es miembro del Parlamento Europeo.

  • Por su formación, economista y abogado por la Universidad de Deusto, Master of Law por la Universidad de Harvard, por sus inicios profesionales, ganó plaza de inspector técnico fiscal del Estado, por los primeros puestos que ocupó en la administración pública, jefe del Servicio de Estudios y Programación de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Hacienda, por todo ello y más, se puede afirmar otra cosa: su conocimiento de los asuntos económicos y monetarios es muy riguroso.

Como muestra de todo lo que acabamos de decir veamos algunas de sus opiniones más recientes sobre algunos de los grandes problemas que nos preocupan ahora.

Guerra de Ucrania

El origen de la invasión rusa de Ucrania viene de lejos, de una desconfianza recíproca entre Rusia y Occidente. “Rusia siempre ha temido que podía ser invadida desde Occidente y Occidente siempre ha temido que podía ser agredida desde Rusia. Eso determinó que la política exterior rusa fuese tener a sus adversarios lo más lejos de sus centros neurálgicos".

Margallo no ha creído nunca en una intervención directa de la OTAN en la guerra, aunque no ha descartado que pueda haber “bombardeos y ataques a determinados objetivos en Ucrania".

Pero sí admite que la solución a la guerra es crear “un mapa de seguridad en Europa que dé garantías a Rusia de que no va a ser atacada por la OTAN y de los países limítrofes de que no van a ser invadidos por Rusia”.

Una Unión Europea Federal

El destino de la UE es de carácter federal y en estos momentos estamos en uno de esos cambios históricos que pueden propiciar un impulso mayor hacia ese objetivo. La crisis financiera que la llevó a replantearse el modelo de crecimiento y la forzó a establecer mecanismos de rescate para aquellas economías que más habían sufrido, la del COVID, que provocó una reacción muy rápida, con el BCE empleándose a fondo, con cambios regulatorios muy importantes como la suspensión del pacto de estabilidad, y las ayudas a los países más importantes con emisión de deuda garantizada con el presupuesto de la Unión, prefigurarían ese camino hacia una Europa Federal. Un camino que ha sido ampliado a causa de la guerra de Ucrania que ha obligado a dar pasos hacia una política exterior más europea y una política de defensa común también más europea. “Lo que la Historia demuestra es que el proyecto europeo ha avanzado siempre en momentos de crisis”.

Dependencia energética de Europa

Sobre la dependencia energética de Europa ya habló en 2014, “la excesiva dependencia del gas ruso -en algunos países incluso total o prácticamente total- plantea un serio problema estratégico, no solo de precios sino sobre todo de suministros. Ante posibles problemas de abastecimiento, gran parte de Europa no tiene alternativas”.

“Mi tesis era que, si queremos tener más margen de maniobra sin tener que afrontar consecuencias que nos harían mucho daño, hay que buscar alternativas energéticas”.

España, gracias a sus conexiones gasísticas con Argelia y a las “siete estaciones de regasificaciónmás que ningún país de Europa, destinadas a regasificar el gas licuado que nos llega por buques metaneros”, está “en condiciones de suplir hasta un 40% el gas que viene de Rusia sin hacer nada”. “El problema es la inexistencia de conexión de nuestra red de gasoductos con la red europea extrapeninsular”. La solución sería “hacer unas ampliaciones de esos gasoductos de la Península Ibérica conectándolos con Francia y estableciéndole a la regasificación un porcentaje mayor”. Hacer realidad estas interconexiones costaría menos que fichar a un gran futbolista, unos 100 millones de euros.

Su opinión sobre la situación actual de nuestro país

Hace pocos meses García-Margallo publicó un libro, del que es coautor Fernando Eguidazu, exsecretario de Estado para la UE y actual consejero del Banco de España, titulado “España en su laberinto”, en él se expresa una idea profunda de nuestro país atendiendo a las tendencias a largo plazo y a la coyuntura histórica más cercana. Los autores consideran que la crisis económica mundial que se inició en 2007 marcó un punto de inflexión especifico en la Historia de nuestro país. Ese punto de inflexión supuso poner fin al periodo que se inició con la Transición “aquellos años de optimismo y energía en los que España estaba presente en los periódicos de todo el mundo para bien, cuando habíamos culminado la salida de una larga dictadura y recuperado la democracia, tras alumbrar un modelo que serviría de inspiración a otros países en similar coyuntura”.

Para superar la actual coyuntura, con la que Margallo es muy crítico, el libro propone aprender de la Historia y llega a la conclusión de que las grandes crisis que se acumularon en España en los siglos XIX y XX, solo se superaron con éxito en los casos en que prevalecieron los grandes acuerdos, el consenso. Un caso notable de éxito fue el de la Transición en la que Margallo ya tuvo un papel muy activo. Sabiendo de lo que habla, propone recuperar su espíritu y sus hábitos.

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