Aunque existen muchos factores que influyen en la economía de un país, los impuestos son una parte muy relevante y, por tanto, su gestión será clave.
Esta es la foto de la presión fiscal en la UE a cierre de año, si bien, cambiará por la entrada en vigor en 2023 de una nueva directiva.
Acuerdo en la UE impuesto mínimo sobre Sociedades
Tras más de un año de negociaciones, los 27 Estados miembros acordaron el 23 de diciembre de 2022 respaldar un acuerdo largamente estancado para establecer un nivel global mínimo del impuesto de sociedades, que se fijará en el 15% para todas las grandes empresas.
La reforma, a la que se opusieron en distintos momentos países como Irlanda, Hungría, Estonia y Polonia, se considera como un paso para frenar una carrera en la que países de todo el mundo reducían gradualmente sus impuestos de sociedades para atraer a las multinacionales.
Desde Garrigues explican que la directiva está ya en vigor y deberá ser transpuesta a la normativa de los Estados miembros durante 2023. La regla de inclusión de rentas se deberá aplicar desde el 1 de enero de 2024 y la de beneficios insuficientemente gravados desde el 1 de enero de 2025. Puedes leer más en este artículo de Expansión.
Los pilares de la reforma fiscal de la OCDE
La directiva entronca con una iniciativa más amplia auspiciada por la OCDE, conocida como "Pilar 2", cuyo objeto es establecer un nivel de tributación global mínimo para las grandes multinacionales. El trabajo de la OCDE se inició en 2015 para reformar el sistema fiscal mundial y abordar los nuevos retos derivados de la economía digital. Un plan junto al G20 para evitar la erosión de bases imponibles y la traslación de beneficios (Plan BEPS) así evitar ciertas recetas fiscales que aprovechan lagunas para que las empresas aligeren sus responsabilidades con las arcas públicas. La reforma estaba basada en dos pilares:
-
el Pilar Uno se centra en la reasignación de los beneficios imponibles
-
el Pilar Dos en el establecimiento de un impuesto de sociedades mínimo del 15%.
El primer pilar se considera el elemento más complejo porque pretende trasladar una parte de los derechos fiscales del país en el que una empresa tiene su sede física (por ejemplo, la sede de Google en la UE, en Irlanda) al país en el que se obtienen los beneficios (por ejemplo, los beneficios de Google obtenidos en Francia). Este tema lo abordamos en Dónde deberían pagar impuestos empresas como Google, Amazon, Facebook o Apple.
